Conforme se realizan más estudios y se obtienen sus resultados, la iniciativa de promover la psicología en la empresa se ve cada vez más reforzada.
En la aplicación del liderazgo en el mundo empresarial, el contexto es muy importante, ya que no hay una receta universal que hace que todo funcione perfectamente en todas las organizaciones. La psicología de empresa se encarga, entre otros muchos ámbitos, de recomendar y trabajar el tipo de liderazgo que mejor encaja con el tipo de empresa y empleados que la conforman.

¿Qué tipos de liderazgo hay?
El papel que ejercen los rangos superiores de una empresa sobre los empleados contiene una alta potencia, para bien y para mal. El estilo de liderazgo que se establece afecta directamente al funcionamiento de la empresa y no es una labor sencilla conseguir encontrar un equilibrio en el que todos salgan beneficiados.
Una realidad más que contrastada es que un liderazgo positivo potencia la productividad y el bienestar de los empleados. Por el contrario un liderazgo negativo provoca problemas de autoestima, estrés y el lamentablemente famoso burnout en los empleados.

A continuación, os contamos los 5 tipos de liderazgo que se pueden observar:
1. Liderazgo delegativo:
Se basa en la intervención del jefe solamente cuando es estrictamente necesario. El líder deja la mayor parte de las responsabilidades en los empleados. La principal exigencia de este estilo de liderazgo es que los empleados deben tener cierta experiencia y ser expertos en su trabajo.

  • Ventajas: Para algunos empleados, esta autonomía es muy motivante y les ayuda a sentirse más satisfechos con su trabajo. De este modo la ilusión y productividad de los trabajadores aumenta muy notablemente.
  • Inconvenientes: Este estilo de liderazgo va destinado a un grupo bastante selecto de empleados, ya que tienen que tener un amplio conocimiento del trabajo que desempeñan y una buena autoexigencia a la hora de cumplir los plazos, trabajar en equipo. Si no cumplen estas características es posible que caigan en mecánicas de bajo ritmo de trabajo y consecuentemente, peor clima laboral.

2. Liderazgo autocrático:
El alto cargo concentra todo el poder sobre los empleados. Él toma las decisiones y las transporta directamente a sus subordinados. Es un poder explícito y directo. Los empleados tiene que acatar las órdenes y ponerlas en marcha.

  • Ventajas: En trabajos donde hay que tomar decisiones rápidas es un mecanismo efectivo, ya que no hay un proceso amplio que seguir hasta que se pone en marcha la decisión del jefe. Puede aumentar la productividad en empleados que necesitan una vigilancia superior. Evita que se relajen en sus tareas.
  • Inconvenientes: Lo más evidente es que a los empleados no les agrada que no se tenga en cuenta para nada su opinión sobre el trabajo que ellos mismos desempeñan. Esto puede afectar no solo al rendimiento y motivación de sus trabajadores, sino también a la producción de la propia empresa, ya que los empleados, al estar desarrollando el trabajo pueden apreciar posibles cambios en el contexto para mejorar la producción, pero estas opiniones no serán escuchadas.

Es un estilo de liderazgo que, poco a poco se va reduciendo en los modelos de empresa actuales, apostando más por la adaptabilidad y cercanía al empleado.

3. Liderazgo democrático:
Este tipo de liderazgo promueve una comunicación y participación bidireccional entre jefes y empleados. El líder busca una comunicación activa horizontal y vertical (jefe-empleado, empleado-empleado) y les hace parte del proceso de evolución de la empresa. El trabajo en equipo es vital para el funcionamiento de este modelo.

  • Ventajas: El líder se gana la confianza y el apoyo de sus empleados mostrándole su cercanía y el interés por su opinión y aportaciones a la empresa. Este modelo de líder emplea los incentivos con sus trabajadores para premiar su dedicación. La motivación y productividad de los empleados suele ser alta y el compromiso con la empresa es mucho más sostenible.
  • Inconvenientes: Al trabajo del líder se suma también el de mediar entre los posibles conflictos de opiniones de sus empleados. Es posible que a veces no haya consenso y tenga que buscárselas para volver a recuperar el ritmo de trabajo y no perder tiempo en estos desacuerdos. Si el líder no tiene una alta capacidad de motivación y fomento de la colaboración, la productividad de sus empleados puede disminuir notablemente.

4. Liderazgo transaccional:
Se basa principalmente en el intercambio entre líderes y trabajadores. Los líderes encomiendan tareas a los empleados y cuando éstos las realizan correctamente reciben premios y remuneraciones por los trabajos. En definitiva, es un modelo orientado a objetivos.

  • Ventajas: Dado el estilo de trabajo, el líder crea una estructura de trabajo donde deja bien claro cuáles son los objetivos y las recompensas. Por tanto, si el trabajador sabe realizar bien el trabajo, la productividad será muy alta, ya que todos ganarán más y las recompensas están aseguradas.
  • Inconvenientes: El papel del líder está muy enfocado en el presente. Saben organizar bien las tareas inmediatas pero no piensan en la estabilidad emocional de la plantilla a largo plazo. Esto se traduce en que si las demandas del mercado cambian de una forma brusca, quizás hay que hacer una transformación del modelo de empresa y puede que todo se desestabilice por no saber cumplir con las demandas de otro estilo de producción.

5. Liderazgo transformacional:
Un líder transformador es una persona muy comunicativa con sus empleados para conseguir de la forma más eficiente el objetivo que se plantea. Fomenta una visión compartida del trabajo de la empresa.

  • Ventajas: El líder concede flexibilidad a sus empleados. Esta confianza percibida aumenta la productividad, el trabajo en grupo y la visión responsable del bienestar de la empresa. Cuando líderes y empleados trabajan juntos, lo más probable es que la productividad se multiplique y el clima laboral sea muy bueno.
  • Inconvenientes: La productividad de la empresa viene dada por el fomento de una buena relación. Esta prioridad a un buen clima laboral puede suponer un ritmo más lento en situaciones donde se complica el trabajo y se deberían tomar decisiones rápidamente. Existen empresas que no quieren un líder transformacional y simplemente se centran en la obtención de resultados a corto plazo.

Como conclusión, creemos que no se puede olvidar que actualmente el mercado está en un proceso de cambio continuo y que los líderes tienen que adaptarse al contexto del momento, por tanto no deben ceñirse estrictamente a un estilo de liderazgo en concreto, sino que dependiendo del momento y las exigencias, deben amoldarse para conseguir así mantener un buen rendimiento y clima un clima laboral positivo, sin olvidarse de cada uno de los escalones que tiene la empresa.

Brais Urceira

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